¿Educación afectivo-sexual para niños?

Cuando los padres escuchan educación afectivo-sexual tienden a imaginarse una charla incómoda sobre sexo con sus hijos o una charla en el centro educativo en la que reparten preservativos. Sin embargo, esto no es ni educativo ni útil en ningún sentido.

Educación afectivo-sexual es capacitar a niños, jóvenes y adultos para que vivan como hombres y mujeres en plenitud. Según mi propia formación es aprender a amarse a uno mismo, teniendo una mirada que les permita apreciar lo bueno que hay en uno mismo para así mirar bien a los otros. Es aprender que la vida feliz es aquella orientada a amar a uno mismo y a los demás, que es necesario dejar de mirarse el ombligo y entregar la vida por amor. Educación afectivo-sexual es sacar el potencial que llevamos dentro, descubrir que tenemos un para qué y que estamos llamados a cosas grandes. Es descubrirse a uno mismo como unidad, como seres corporales con espíritu, emociones y sentimientos que deben ser integrados para amar y ser amados y vivir en plenitud como hombres o mujeres. Educación afectivo-sexual es aprender a construir relaciones de amistad, aprender a respetar a los padres, hermanos, profesores y compañeros. Es enseñar a discutir y a comunicarse efectivamente. 

Esto es verdaderamente la educación afectivo-sexual, y pobre del joven que de niño no haya recibido este tipo de educación. ¿Y esto no se puede hacer sólo en casa sin necesidad de formación específica? Pues desde luego que esto es imprescindible educarlo en casa, ¿pero verdaderamente os sentís capacitados para realizar solos esta tarea? No podemos olvidar que somos seres limitados y al igual que nos vemos obligados a acudir a un doctor especializado en medicina o a profesores especializados en matemáticas, idiomas o música… es necesario buscar profesionales que puedan dar adecuadamente este tipo de formación al igual que es imprescindible recibir formación en este sentido como padres para poder ser efectivos a la hora de enseñar. ¿Y a quién acudimos? Pues yo os daría al menos tres criterios…
  • Que entienda la educación afectivo-sexual de forma integral 
  • Que no ignore las diferentes dimensiones de la persona (corporal, espiritual y psicológica) y la unión entre ellas. 
  • Que el conocimiento sea verdaderamente científico, y para ser más claros, que el discurso no integre corrientes ideológicas del momento o esté al servicio de las mismas. 

Informaos y contrastad información pero no ignoréis la responsabilidad que tenemos como padres de educar en este sentido, porque la educación en la infancia es vital y si no aprovechamos este momento temporal tendremos que dedicar la adolescencia a apagar fuegos que nosotros mismos propiciamos.

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