Me arrepiento de no haber pasado más tiempo con mi abuela
Todos los que trabajamos con adolescentes conocemos la
típica expresión facial de “todo me resbala”.
Ahí llegas tú, con tu motivación,
tus propuestas innovadoras, tus ganas de educar… y cuando ves las caras de los
adolescentes te sientes como chocándote con un muro.
Este curso me enfrenté a una clase de sólo chicos donde todos
tenían esta cara. Titulé a mis clases “LIFE FOR NOOBS”, expresión que los
chavales conocen por los videojuegos, y di todas las sesiones a modo de tutorial comparando la vida con el
FORNITE.
Sí capté su atención y logré que les gustasen las clases pero
en el fondo me planteaba… ¿les estará llegando algo de lo que digo?
Esa pregunta se intensificó cuando al enfrentarme a un aula
de sólo varones decidí diseñar una sesión para aprender a reconocer nuestros
afectos y entender el significado que tienen.
Honestamente ni yo confiaba en que esa clase saliera bien
pero al verla necesaria fui con todo el cargamento. Después de vídeos
divertidos, explicaciones, bromas, etc. les pasé unas preguntas para que
respondieran de forma personal, para ayudarles a reflexionar.
¿Qué cambios tienes en tu cuerpo cuando te enfadas? ¿Cuándo
fue la última vez que sentiste tristeza? ¿Qué te hace sentir culpable? ¿Cuándo
sientes alegría?...
Aunque no tenía intención de recogerlos los chavales me los
fueron dando libremente y cuando leí el contenido de los mismos quedé muy
agradecida de que fuera así.
Me arrepiento de no
haber pasado más tiempo con mi abuela
Siento alegría cuando
hago feliz a mi novia
Me siento culpable
cuando consumo porros
Cuando tengo ira me
sudan las manos
Me hace sentir mal no
estudiar y gritarle a mi madre…
Cada vez que leía algo de lo que escribían yo pensaba:
ESTAMOS BIEN HECHOS
Mira que repito esta frase muchísimas veces a la semana pero
creo que nunca lo vi tan claro.
Que importante enseñar al adolescente a escucharse a sí
mismo, a estar atento al mensaje de sentido que le envían sus afectos.
Desde muy niños podemos educarles para que sepan escucharse
y no oculten sus afectos:
¿Qué te ha hecho reaccionar así? ¿Por qué tiraste del pelo a
ese niño? ¿Cómo te hace sentir compartir tus cosas a tus amigos? ¿Cómo crees
que se siente el protagonista de la película ahora?... Ayudarle a respirar
hondo cuando lo vemos frustrado o enfadado, enseñarles a agradecer cuando están
alegres, a llorar con libertad cuando se sientan tristes y a identificar la
causa de la tristeza. Cuantas veces dramas sobre nimiedades esconden llantos
por una herida o dolor profundo.
¿Queremos educar personas felices? Pues enseñémosles a
escuchar su programación innata de la felicidad.
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